Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1871-1872 (Cortes de 1871 a 1872)
Sesión: 10 de junio de 1871
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Respuesta al Sr. Jove y Hevia. Respuesta al Sr. Martínez
Número y páginas del Diario de Sesiones 57, 1.540, 1.541
Tema: Preguntas del Sr. Jove y Hevia sobre contribuciones y presupuestos. Pregunta del Sr. Martínez sobre emigrados políticos

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): La mayor parte de las preguntas que se ha servido hacer el Sr. Jove y Hevia se refieren a departamentos cuyos Ministros están ausentes, porque han tenido necesidad de asistir al otro Cuerpo Colegislador. Todas esas preguntas podrán ser contestadas con más conocimiento de causa cuando esos Sres. Ministros vengan aquí, y entonces dirán a S.S. lo que tengan por conveniente.

Respecto a una pregunta que ha hecho S.S. y que corresponde al Ministerio de Fomento, pidiendo unos expedientes, hoy mismo, esta misma noche, daré las órdenes oportunas para que se remitan aquí lo antes posible, satisfaciendo los deseos del Sr. Jove y Hevia.

(Habla el Sr. Martínez.)

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Tiene razón el Sr. Martínez, y yo se lo agradezco mucho, al contar, como ha contado, con la previsión del Gobierno en este asunto importante. El Gobierno, así que ocurrieron los sucesos de París, tomó todas las precauciones necesarias a la inmigración que suponía había de tener lugar en España, y dio a los gobernadores las órdenes oportunas para que sean atendidos en cuanto sea posible con el decoro que necesitan los emigrados mientras no se sepa si son emigrados por delitos políticos o son emigrados por delitos comunes; pero el Gobierno se ha encontrado con una dificultad. Hay en el presupuesto una partida de 10.000 pesetas para atender a los gastos de los emigrados; y esta partida, que suele bastar en circunstancias normales y ordinarias, es evidentemente insignificante para una inmigración como la que, ha de tener lugar en estos momentos en España.

Será, pues, necesario pedir un crédito a las Cortes [1.540] para satisfacer esta necesidad; pero entre tanto, el Gobierno ha puesto a disposición de los gobernadores la cantidad de 10.000 pesetas que existe en el presupuesto, con una pequeña diferencia, por los gastos que se han hecho antes con otros emigrados; y además para que no deje de atenderse ni un solo instante a esa necesidad; ha dispuesto que por el momento, si esa partida no bastara se apele al fondo de calamidades públicas, sin perjuicio de que, obtenido más tarde el crédito necesario a este objeto, se aplique a los gastos que se originen. No he encontrado en el presupuesto una partida más similar, porque he creído que se podía atender a esa necesidad acudiendo a esos fondos, porque verdaderamente de lo que se trata es de una verdadera calamidad. Así, pues, no bastando las 10.000 pesetas que se destinan ordinariamente para los emigrados, que siempre los hay en este país, y mientras el Congreso no vote el crédito necesario para atender a esa necesidad, he creído que el mejor modo de satisfacerla, por el pronto, era acudir al fondo de calamidades, si lo hay, y he ordenado a los gobernadores que dispongan de esos fondos, mandando también que se habiliten depósitos en algunas provincias donde puedan estar esos emigrados alimentados y sostenidos por el Gobierno, con el decoro con que es posible atender a esa necesidad. No tengo más que decir.



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